El flan del gran flanero: un fetiche de la sociedad madrileña de los años 60

En los años 60, vivió en Madrid un hombre al que llamaban «el gran flanero». Era un personaje conocido en la ciudad, que debía este magnífico apodo y cierta fama al flan que preparaba en su cocina.

Hay un retrato de la época, que parece hecho en el salón de su casa, donde se presenta vestido con un batín y sentado en una butaca con tapetes de ganchillo. Mira amable a la cámara mientras sostiene un flan entre las manos.

Se llamaba Manolo Torres y entonces era un hombre mayor, serio, guapo y elegante, a la manera de un Charles Boyer español. Así le describía James A. Michener, escritor y periodista estadounidense, en Iberia. Viajes y reflexiones sobre España ( Plaza & Janes, 1971), para quien Torres, con su mezcla de ropa estudiada y maneras informales, representaba la esencia del hombre de mundo madrileño.

El gran flanero
Manolo Torres fotografiado por Robert Vavra para el libro Iberia

Michener consideraba a Manolo Torres un bon vivant. Nunca supo de qué vivía, a pesar de que había leído sobre él en los periódicos y, con el tiempo, llegó a conocerle bastante bien. Lo que sí se sabía en Madrid era dónde encontrar a Don Manolo: en los cafés, en los toros, paseando por la ciudad y, sobre todo, en los teatros. Se decía que, desde los veinticuatro años, había ido cada noche a un espectáculo. Le gustaban el cine, la ópera y el teatro, pero su pasión era la zarzuela, de la que era un entendido.

No fue en la zarzuela sino en la plaza de toros de Las Ventas, durante una corrida de la feria de San Isidro, donde los dos hombres se conocieron. Don Manolo se presentó y el escritor contestó: «He leído sobre su flan». Torres «sonrió con gentil embarazo. ‘Hago la mayoría de las cosas de forma pésima’, dijo ‘pero preparo el flan como los ángeles».

«En Madrid, se había convertido en una costumbre que Don Manolo hiciese una gran tanda de su flan especial cada mediodía. Muchas figuras relevantes habían desarrollado la superstición de no tomar una decisión importante antes de comer un flan de la buena suerte con Don Manolo. ¿Volaba un torero a México para seis corridas? Mejor compartir un flan con Don Manolo. ¿Estrenaba el productor teatral una nueva comedia musical? Mejor asegurarse buenas críticas tomando una porción del flan de Don Manolo. Caricaturistas, políticos, atletas y especialmente la gente de teatro confiaban en la magia de Don Manolo para traerles suerte».

Entre faenas, Don Manolo explicó a Michener cómo hacer el «auténtico flan español» y le dio un consejo final: «métalos en la nevera, pero no se los coma hasta que tenga un invitado de gusto delicado. ¡Estupendo!».

Aunque Michener escribió que había leído «tres o cuatro artículos largos que contaban que [Don Manolo] era querido por diferentes estratos de la sociedad madrileña, pero por lo que todos le recordaban mejor era porque hacía flan», hoy, ni en libros ni en hemerotecas, es fácil encontrar el rastro de un Manolo Torres que preparase flanes. La única mención aparece en el libro The Foods and Wines of Spain (Knopf, 1982), un clásico de la cocina española en inglés. Su autora, Penelope Casas, adaptó las indicaciones que Don Manolo le dio a Michener en la receta «Flan del gran flanero».

Nota posterior: En Benavente: desde que le conocí (1954), de Santiago Córdoba, se cita al gran flanero, «Hoy ha llegado Manolo Torres con un flan hecho por él mismo. Esta tarde empezará con él».

Receta del flan del gran flanero

1

Ingredientes

3 huevos
3 yemas de huevo
6 cucharadas de azúcar
525 ml leche entera
corteza de limón
para el caramelo:
12 cucharadas de azúcar
6 cucharadas de agua

Preparación

1. Para hacer el caramelo, calentar el azúcar y el agua en un cazo pequeño a fuego medio. Cuando alcance un color dorado oscuro, repartir en seis flaneras individuales, de manera que cubra el fondo de los moldes.

2. Calentar el horno a 150 ºC.

3. Calentar la leche con la corteza de limón y dejar templar.

4. Batir los huevos y las yemas con el azúcar. Verter la leche sobre ellos y mezclar.

5. Colar  la mezcla de huevo y leche y llenar con ella las flaneras. Cubrir con papel de aluminio.

6. Colocar las flaneras en una bandeja un poco honda. Introducirla en el horno caliente y verter agua hirviendo hasta la mitad de la flaneras.

7. Hornear de 35 a 40 minutos (se puede comprobar con un palillo si el centro está cuajado). Dejar enfriar y meter en la nevera hasta el día siguiente o, al menos, unas horas.

8. Separar el flan de la flanera con ayuda de un cuchillo y desmoldar.